Sin segundo nombre by Lee Child

autor:Lee Child [Child, Lee]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2016-12-31T16:00:00+00:00

* * *

Reacher colgó el teléfono. El tipo de la puerta de atrás era compacto y recio, estaba vestido de negro, se movía con facilidad. Tenía un aspecto vagamente similar al de Vaz en términos de origen étnico. Pero era una década más viejo. Nada en las manos. No todavía. No adentro de un bar público. Reacher supuso que la intención de que el tipo entrara por atrás era hacerlo salir a él por adelante, donde estaría reunida la fuerza principal. Más fácil armar en una calle pública un robo que salió mal, en vez de en un patio privado atrás de un bar. Porque no era una gran calle. No un gran barrio. Luminarias rotas, lleno de sombras, lleno de entradas a edificios, la gente acostumbrada por instinto y larga experiencia a mirar para otro lado y no decir nada.

El tipo estaba examinando el salón. Vaz había estado muy poco tiempo al teléfono. Muy pocas palabras. Probablemente no más que tipo grandote, muy alto, traje gris. Reacher sintió encima los ojos del tipo. Prácticamente escuchó los vistos. Tipo grandote, ahí está. Muy alto, sin dudas. Traje gris, es el que buscamos. El tipo empezó a meterse en el bar.

Reacher empezó a ir hacia él.

Un sabio preguntó: ¿cuál es el mejor momento para plantar un árbol? Un sabio contestó: hace cincuenta años. Como en ¿cuál es el mejor momento para tomar una decisión? Un sabio contesta: cinco segundos antes de que se lance el primer golpe.

El tipo de negro pesaba quizás noventa kilos, y estaba avanzando a más o menos tres kilómetros por hora. Reacher pesaba ciento quince kilos, y estaba avanzando a más o menos cinco kilómetros por hora. Por lo tanto la velocidad de aproximación era ocho kilómetros por hora, y el impacto, en el caso de que sucediera, implicaría algún múltiplo de 205 kilos cada seis centímetros cuadrados.

El impacto sucedió.

Pero no a ocho kilómetros por hora. La velocidad de aproximación se acrecentó de manera dramática con un repentino envión que dio Reacher con el pie de atrás y el violento palazo en semicírculo de su codo. Que entonces conectó con un verdadero múltiplo grande de sus pesos combinados. Reacher le dio al tipo en la perfecta línea pómulo-nariz-pómulo y el romperse y astillarse fue claramente audible sobre el ruido sordo a madera de los pies en el piso. El tipo cayó como un motociclista que se lleva puesto un tendal. Reacher siguió caminando y salió por la puerta de atrás.

¿Nadie o alguien?

Esa era la única cuestión. Y no hay una diferencia más grande que nadie o alguien. ¿Habían apostado toda la fuerza principal en el frente? ¿O habían dejado a un tipo solo como refuerzo?

Habían dejado a un tipo. Pelo negro, ojos negros, abrigo más grueso que el de su compañero. Listo como un zorro, probablemente, pero cualquier ser humano con instrucciones recibidas está en desventaja. Tu objetivo es un tipo grandote, muy alto, traje gris. Y por más listo que seas, por más rápido, ese letal

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